viernes, 7 de diciembre de 2012

Como un rebaño.



Escribo esta entrada tras ver el vídeo sobre el ascensor.
En el vídeo, se somete a presión de grupo a ciertos individuos, es decir, cuando la persona se mete en el ascensor, el resto se coloca de frente o de espaldas a él y se comprueba si la persona se gira o no. En todos los casos surte efecto y el individuo se gira.
La cuestión principal de esta vídeo es ¿Por qué se gira? Puede ser que sea porque se sienta más incómodo estando orientado en sentido contrario al resto, pero ¿Por qué sentirse incómodo? ¿Acaso importa la posición?¿Realmente la persona llega a sentirse incómodo físicamente?¿O es incomodidad psíquica lo que siente?
La verdad es que la mayoría de los seres humanos no podemos evitar comportarnos como un rebaño: lo que hace la mayoría lo hace el resto. Esto lo he podido comprobar yo misma en el instituto, por ejemplo: cuando estás con un grupo de seis personas y dos o tres se mueven, el resto, casi inconscientemente, se mueven con ellos, sin saber (en la mayoría de los casos) hacia dónde se dirigen.
Si analizamos esto, nos damos cuenta de que esta curiosa "propiedad" de las personas podría utilizarse para cosas mucho más perversas. En este punto, me gustaría conectar el vídeo del ascensor con el vídeo de el experimento que viene a continuación.
En este vídeo, someten a los individuos a otro tipo de presión: a cada persona se le asigna una pareja; a uno de los dos le atarán a una silla con electrodos, y el otro se situará frente a él (con una pantalla blanca de por medio) y se encargará de hacerle preguntas. Si contesta mal, descarga eléctrica, y por cada error tendrá que subir la potencia de la descarga, hasta niveles prácticamente desorbitados. Lo que no saben las personas que inculcan las descargas eléctricas es que sus compañeros son actores y no están sometidos a ninguna descarga.
Pues bien, la mayoría de la gente llegó hasta el final del experimento. Si sus compañeros hubiesen estado de verdad sometidos a semejantes descargas, algunos habrían muerto. A mi, personalmente, me parece increíble que, las personas que inculcaban las descargas se veían presionadas por el científico que los supervisaba y por eso continuaban, pero el científico, lo único que hacían para presionarles, era decirles que continuaran. Sin subir el tono y sin amenazar. Así pues ¿Porqué continuaban? Sabían que no les iba a pasar nada si abandonaban el experimento, entonces ¿Por qué?
Ahora es cuando me gustaría referirme a aquellos "fines perversos" de los que hablaba antes: ¿No sería posible que, aprovechando este "defecto" humano, alguien con cierta autoridad someta a presión a un grupo y les ordene hacer lo que él diga?¿A qué nos recuerda esto?
Respuesta simple: puede recordarnos a los nazis durante la segunda guerra mundial. Pero sin embargo, los alemanes, al contrario que las personas sometidas al segundo experimento, sí podían ser linchados si
cometían una insubordinación.
Esto me lleva a la siguiente conclusión: el ser humano es débil, y en cuanto se ve sometido a una presión psicológica (ya sea esta presión aplicada por un grupo o por una persona que tenga autoridad) baja las orejas y esconde el rabo, haciendo lo que se le pide o lo que se espera de él. Por eso, es peligroso que cualquiera lo suficientemente inteligente se aproveche de esto, porque podría repetirse lo de la segunda guerra mundial.
Es más, hay una película, llamada "La Ola" (basada en hechos reales) que habla precisamente sobre esto.
La película trata sobre un profesor que le pregunta a su clase si creen que el nazismo podría repetirse en Alemania. La mayoría de los alumnos contestan que no, que los alemanes han aprendido la lección. Poco a poco, el profesor va creando una sociedad llamada "La Ola", una sociedad muy parecida a la sociedad nazi.
Los que forman parte de "La Ola" se ven a veces sometidos por la presión de grupo de la que hemos estado hablando para cometer actor bandálicos.
Ahora bien, la película nos muestra que, para que se produzca presión de grupo, debe haber cierto número de individuos que, libremente o presionados por alguien autoritario, someten a su vez al grupo.
En cierto modo, los vídeos están conectados: una persona puede extorsionar a una minoría, que ejercerá presión de grupo sobre el resto.
Moraleja: Hay que tener cuidado con quién y cómo utiliza el poder, y hay que rescordar que no estamos obligados a nadie. La mayoría siempre puede más si se une y organiza como es debido.