martes, 7 de mayo de 2013

Pequeños placeres de la vida

Nuestras vidas están llenas de cosas malas y de cosas buenas. Cosas que nos dan placer y cosas que hacen que nos hundamos en la miseria y la depresión.
En esta entrada, voy a hablar sobre algunos los que considero los pequeños placeres del día a día.
Por ejemplo: ¿quién no se ha levantado temprano un día festivo y se ha deleitado pensando que no tiene que levantarse, que puede quedarse en la cama el tiempo que quiera? ¿Y quién no se ha dado una ducha con agua hirviendo tras pasar mucho frío y se ha sentido en el séptimo cielo? ¿Y tumbarse al sol a freírse como una lagartija cuando se tiene frío?
Otro de los mayores placeres de la vida es, sin duda, el chocolate ¿Quién no se ha metido una onza en la boca y ha dejado que se derritiese lentamente?
Que te den un abrazo cuanto te sientes mal, que una persona a la que has ayudado te diga que tu consejo le ha sido de gran utilidad, que te halaguen por algo, que sea tu cumpleaños, que te regalen algo, que te piropeen, que alguien te diga que le gusta tu pelo, o tu ropa, o como hueles, que tus profesores te feliciten por algo que has hecho, que tus padres te digan que se sienten orgullosos de ti, que tu pareja te diga que te quiere, conocer a alguien especial, tumbarse en la cama a leer un libro, escuchar tu canción favorita de repente,  llegar a tu casa y que tu madre haya preparado para comer uno de tus platos preferidos, ver a alguien a quien llevabas mucho tiempo sin ver, que te den una buena noticia, que falte a clase un profesor y puedas irte antes, ir al campo de excursión, pasear un día soleado, darte un capricho, estirarte después de dormir largo y tendido, viajar a lugares lejanos,que vuelvan a echar en televisión un programa que te gustaba mucho, descubrir un libro, serie o película que te encanta, reír...
¿Quién no ha bebido después de pasar mucha sed, o comido después de pasar hambre? ¿Nunca habéis tenido calor en verano y habéis girado la almohada para encontraros con la agradable sorpresa de que está fría? ¿Quién no se ha lanzado en plancha a su suave y mullida cama después de un día agotador? ¿Nunca habéis tenido calor en verano y os habéis dado un chapuzón en agua fría?
Uno de los pequeños placeres que solo entendemos las mujeres es, sin duda, el llegar a casa por la noche y desprendernos de los tacones (Y, ya que estamos, darnos un suave masaje en los pies con trombocid).
¿Y aquello de ducharse después de haber hecho deporte?
Los estudiantes coincidirán conmigo en que no hay mayor satisfacción que en llegar a un examen, que te entreguen la hoja y respirar tranquilo porque te lo sabes todo. O hacer un examen de una asignatura que te resulte muy difícil y sacar muy buena nota. O sacar mejor nota de la esperada en un examen que creías que te había salido mal. Aunque quizás, el mayor placer que experimenta un estudiante es cuando va a recoger las notas el último día, no le ha quedado ninguna y sabe que puede dedicarse a lo que le de la gana durante los siguientes tres meses ¿Hay mayor alegría que esa?